De repente y sin avisar, el cielo estalla en truenos y luces como bolas de fuego que parecen que caerán sobre ti. Buscas desesperadamente a tu familia, los ves correr y gritar hacia la calle, suben el volumen de la música estridente y no entiendes qué sucede, agudizas tus sentidos para tratar de comprender pero te chocas con un fuerte y penetrante aroma a humo y químicos quemados, pero no ves fuego… Y antes de que puedas reaccionar a la situación, el cielo vuelve a explotar.
La pesadilla pasó, en la mañana despiertas con la boca seca y la sensación de que algo salió de tu cuerpo o como si te hubiera aplastado un camión y aun, sin entender qué sucedió, tratas de reconocer dónde estás y no hace falta mucho tiempo para darte cuenta que estás perdido sin entender nada.